Trampa Furtiva
Entre el salero y el sobrado

Cuando leí la anterior obra de Sebastián Borkoski: CETRERO NOCTURNO (Segundo en su carrera), no esperaba ser abducido de tal manera por ese universo lovecraftiano que impregna sus relatos. Así que cuando asistí a la presentación de TRAMPA FURTIVA, lo hice con mucha expectativa.

El escuchar a Sebastián contando su primer encuentro (accidental) con cazadores furtivos haciéndole señales lumínicas desde la oscuridad del monte, creyéndolo un buscador quizás; luego investigando relatos regionales, entrevistando Guardaparques solo dio pie a sentir esta nueva novela como el sólido reflejo de una realidad casi desconocida.
El viaje inicia desde la portada, donde a través de la mira telescópica observamos un jaguareté… Seremos por un momento: Los protagonistas de la historia.
En la reserva Yacuí, a modo de prolepsis, un Guardaparques murió y en sus últimas anotaciones describía a sus enemigos, los cazadores contra quienes desarrollan una guerra sin cuartel. Luego Borkoski nos transporta a los ojos de Franco, un adolescente de 16 años, quien de su tío y mentor Bardur, (por mera supervivencia, ya que en su extrema pobreza y desempleo no tiene opción) aprenderá los secretos de la cacería.
Conoceremos al final, a dos tipos de personajes: quienes cazan por diversión y los otros, encabezados por un nefasto “Urunday”, sujeto despiadado y avaricioso, quien pone en marcha, junto a sus colegas Freitas y Silvio, todo un engranaje de sistemática cacería-comercialización.
Ferraz, jefe de Guardaparques y su equipo harán todo lo posible para detenerlos, persiguiéndolos sin descanso, agotando las últimas posibilidades para emboscarlos y defender la selva.
Pero no todo termina con una lucha entre buenos y malos, porque Borkoski da otra vuelta de tuerca y nos muestra una realidad mucho más cercana de lo que creíamos, la fauna y flora no solo están muriendo a manos de cazadores ocultos, sino de la deforestación producto del avance de la “civilización”. En medio de la gran encrucijada El Jaguareté, señor del monte, (a quien los cazadores se refieren como “el tigre”) que será voz y ejecutor de la “venganza de la selva”.
Al cerrar la última página de TRAMPA FURTIVA sentí como pocas veces, que extrañaría a un gran amigo. Porque es de esos libros cuya enorme riqueza impacta de tal manera que al terminarlo uno se siente otra persona, ha crecido y aprendido muchísimo, que al final podes debatir sobre temas que alguna vez ignorabas por completo.
Se preguntarán además el porqué del subtítulo. Bueno, es una de las joyas del relato. El “Salero” es un artilugio construido con una botella de fondo perforado y rellena de sal, se utiliza para condensar humedad y agua hacia el suelo, atrayendo a las criaturas del monte. El “Sobrado”, un encaramado de tacuaras entre dos árboles. Sobre el cual, cazadores inmóviles y armados, esperan a su presa lejos del suelo.
En cuanto a los términos contenidos en el libro, no encontrarán definiciones en la RAE, porque son términos misioneros, son palabras de nuestra tierra, es la otra Misiones iluminada por las letras de Sebastián Borkoski quien va a sorprenderlos con un final arrollador.

Lucas Yuge

Trampa Furtiva - Entre el salero y el sobrado

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